En ningún caso cambiaría las risas de mi corazón por las riquezas de las multitudes; ni me contentaría con convertir en quietud a las lágrimas de mi agonía interior. Es mi ferviente deseo que toda mi vida en esta tierra sea por siempre de lágrimas y sonrisas.
Las lágrimas que purifican mi corazón
y me revelan el secreto de la vida y sus misterios,
La risa que me acerca a mis prójimos;
Las lágrimas que me unen a los desdichados,
La risa que simboliza la dicha de mi propio ser.
Prefiero mil veces la muerte feliz antes que una vida vana e inútil.
Un ansia eterna de amor y belleza es mi deseo; ahora se que los favorecidos no son sino desdichados, pero para mi espíritu los suspiros de los amantes son más reconfortantes que la melodía de una lira.
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